Por Zuleika Cáceres
Después de tantos años de quejas por falta de recursos, de cancelaciones de una y otra administración federal, a pesar de la urgente necesidad de un proyecto de movilidad para Cancún como es el puente Nichupté, salen con sus politiquerías absurdas, fuera de lugar y con fines electoreros.
¿Que va a afectar las finanzas?
¿Se necesita o no? Claro que si, es un proyecto que se ha pospuesto por muchos años y el dinero no será exclusivo con recursos del estado, sino de la iniciativa privada y la federación.
Siempre nos hemos quejamos de la falta de obra, del rezago que enfrenta Cancún a sus 50 años, del poco avance, de no contar con un verdadero esquema de movilidad, no hemos dejado de ser un destino que se quedó atrás en esa modernidad.
Pero la politiquería así es, son más los ciudadanos que quieren obra, mejorar la vialidad y hacerla más eficiente, Cancún lo necesita.
Los ciudadanos no se levantan pensando en los diez pesos que ponen los gobiernos o la IP, sino en lo que requiere una ciudad para vivir mejor.
El senador José Luis Pech, parece que se quedó en ese rezago al hacer un llamado a los diputados para que no aprueben el proyecto. Se suma a otras voces que se oponen a una obra que beneficiará a miles de cancunenses y turistas.
Es un proyecto de infraestructura que plantea una conexión de 8.6 kilómetros de longitud entre el centro urbano de Cancún y la Zona Hotelera, lo que permitirá reducir considerablemente los tiempos de traslado y los costos generalizados de viaje.
Basta de discursos chafas porque como dice el amigo Ramiro de la Rosa, no ven más allá de la laguna de Bacalar.
Se el primero en discutir de este artículo